miércoles, 14 de marzo de 2007

Limbo eliminado por decreto eclesiástico


A propósito del lanzamiento y circulación del periódico “ Encuentros” del Arzobispado de Santiago, creo necesario que en alguna de sus próximas ediciones se dé cobertura a la eliminación del “Limbo” en cuanto lugar de detención y tránsito de almas a la espera de redención o donde van las de aquellos que previo a adquirir razón mueren sin bautismo. Su existencia y duración a través de los siglos como respuesta, explicación o calmante del destino de ciertas almas, ha llevado al Vaticano a eliminarlo y establecer como salida y destino para estas últimas, la conexión y pasaje directo entre la muerte y el paraíso sin escalas de ningún tipo. Podrá argumentarse por los partidarios de la doctrina cristiana que esta figura nunca fue un dogma de la Iglesia y de ahí su factibilidad de ser eliminada. Lo preocupante es que estas decisiones muy poco comunes son de aquellas que dejan traslucir la terrenalidad, inconsistencia y vaguedad de un sin fin de figuras oníricas cuya invención por hombres de carne y hueso restan sentido y credibilidad a lo profesado cuando se procede a su eliminación, como si a través de estas decisiones pudiera determinarse el destino de las almas humanas que durante miles de años habrían permanecido en un lugar que ahora ya no existe. Pero que al señalar el Vaticano que el destino de aquí para adelante es el paraíso, seguramente millones de ellas ahora van en vuelo a su nuevo hogar por haberse clausurado por decreto el anterior. Ojalá a la jerarquía eclesiástica y heredera del “poder” divino no se les haya olvidado notificarles lo resuelto para que sepan dónde se deberán ubicar desde ahora.



Francisco Cuadrado S.

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